Conferencia internacional en Antigua debate los retos de la construcción democrática en Centroamérica

Conferencia internacional en Antigua debate los retos de la construcción democrática en Centroamérica

Una red internacional de académicos y líderes discuten soluciones para enfrentar las crisis políticas, económicas y sociales en la región.

La Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Universidad Loyola Andalucía, junto con su Instituto de Desarrollo-Fundación ETEA, en el marco de las actividades de la Red Iniciativa Centroamérica (RED ICA), han celebrado hoy en el Centro de Formación de la Cooperación Española en Antigua (Guatemala) la Conferencia internacional “Los retos de la construcción democrática en Centroamérica”, como parte de un innovador proyecto en colaboración con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) para abordar la crisis democrática en Centroamérica.

El Secretario de Planificación y Programación del Gobierno de Guatemala, Carlos Mendoza Alvarado, subrayó en el acto inaugural cómo el Ministerio Público y ciertos sectores del Organismo Judicial actúan de manera hostil hacia el gobierno, y como aliados de la corrupción. “Esto incluye la persecución de jueces, fiscales, periodistas y activistas de derechos humanos, lo que ha llevado a muchos al exilio. La independencia judicial está comprometida por una red de jueces y magistrados que protegen intereses de antiguos actores políticos en detrimento del nuevo gobierno y su mandato de lucha contra la corrupción”. Además “el Congreso actúa con frecuencia en oposición al Ejecutivo, utilizando herramientas como interpelaciones, citaciones y bloqueo de iniciativas clave. Esta postura obstaculiza reformas necesarias y afecta la capacidad del gobierno de responder a las expectativas ciudadanas”.

El rol de la Cooperación Internacional en la defensa de la democracia centroamericana

La primera mesa se centró en la pregunta de qué lo que la cooperación internacional puede y debe hacer para fortalecer la construcción de la democracia y frenar la presión de autoritarismo y sus manifestaciones en Centroamérica. Baltasar González (AECID) presentó los instrumentos con los que la Cooperación Española ha enfocado su apoyo explícito a la construcción de la democracia. Destacó el programa Democracia que promueve desde los instrumentos de la cooperación al desarrollo de España los derechos, diálogos y actores que contribuyan al fortalecimiento de la democracia y a su protección, con pactos entre los actores y con mecanismos para la protección de los defensores de los derecho humanos y políticos. Erika Rodríguez (Fundación Carolina) consideró que el papel de la cooperación debe ser revisado porque no es un proceso técnico sino de diálogo y construcción de la puesta en común de una serie de metas y reglas que deben responder a las necesidades de este contexto.

Desde la perspectiva del rol de la cooperación estadounidense, Eric Herhsberg (American University) señalaba que, a diferencia del primer mandato de Trump, la ideología podría imponerse a la autonomía y capacidad de la burocracia para defender los planes, programas y normas. No parece que los primeros signos del futuro del gobierno Trump II sugieran que seguirá la sensación de desatención a los problemas centroamericanos que ha sido predominante con el mandato del presidente Biden. La retórica de los daños de la migración y de los efectos del narco van a dominar una agenda que puede favorecer el desarrollo de los gobiernos autocráticos y el castigo ideológico a los regímenes percibidos como izquierdistas o bolivarianos.   

La perspectiva de Maureen Meyer (WOLA) del impacto del nuevo gobierno USA enfatizó el protagonismo que podría tener el dominio republicanos del Congreso, reforzando  las visiones más críticas sobre Nicaragua y Honduras y la complicidad con Bukele. No es evidente cuál será la posición frente a Guatemala, pero la comprensión de algunos lideres republicanos frente al pacto de Corruptos o el gobierno Giammatei no sugiere apoyos a la construcción de la democracia. Las alianzas de la cooperación internacional con la sociedad civil o los gobiernos más sensible a los peligros del autoritarismo debería ser una prioridad.  

En esa misma línea se expresó Ingrid Wehr (Fundación Heinrich Boll) para compartir la preocupación por cómo el crecimiento en los países europeos y el parlamento europeo de grupos políticos promotores de la regresión democrática, puede limitar el impacto de la cooperación alemana y europea en la construcción de la democracia.  La acción de la cooperación se debe centrar, por tanto, en la promoción de alianzas con organizaciones sociales, grupos de mujeres o la academia, entre otros actores. 

Cultura política y el auge del autoritarismo en Centroamérica

En el segundo panel sobre Cultura política, autoritarismo y crisis democrática en Centroamérica se discutieron diversas temáticas clave que reflejan la complejidad de las (in)seguridades y violencias que enfrentan los ciudadanos en la región. Jenny Pearce destacó la necesidad de entender violencia y la seguridad como conceptos más complejos. Esta problemática se entrelaza con la participación del Estado en actividades ilícitas, y se propone ofrecer alternativas para romper el ciclo de violencia. Oscar Martínez (El Faro) y Amparo Marroquín (UCA-El Salvador) analizaron el régimen de Nayib Bukele, caracterizado como una figura autoritaria y personalista que controla la narrativa política y utiliza plataformas digitales para consolidar su poder. Su relación con la ciudadanía es compleja, pues, a pesar de la violencia ejercida, hay interrogantes sobre el significado de la democracia para aquellos afectados por su administración. Además, se planteó la importancia de examinar el papel de la comunidad internacional y las diversas instituciones que han permitido el avance de la represión en el país, así como el impacto emocional que las dinámicas autoritarias generan en la población. 

Por último, Marisa Ramos (UCM) abordó la crisis democrática en Centroamérica, destacando la instrumentalización del poder judicial como un factor crucial en la erosión de la democracia. A lo largo de las últimas décadas, se ha observado una transformación de los poderes judiciales en actores corruptos que sirven a fines políticos, lo que ha sido posible gracias a la falta de controles y balances. Las estrategias de control y manipulación de la información han permitido que el sistema judicial se convierta en un mecanismo de autocratización, lo que agrava aún más la situación democrática en la región.

Guatemala: crisis democrática y retos para una transformación política

En panel sobre el fortalecimiento de la democracia en Guatemala, diversas voces coincidieron en la necesidad de desmantelar las estructuras de poder que han debilitado la institucionalidad democrática. Sonia Gutiérrez (Diputada del Congreso de Guatemala) subrayó que el debilitamiento de la construcción democrática se debe a la cooptación del Estado por élites tradicionales y criminales. Para revertir esta situación, es esencial desvincular a estas élites de las instituciones y fomentar el diálogo entre actores sociales y políticos, incluyendo a los pueblos indígenas, que son fundamentales en este proceso de transformación. 

Úrsula Roldan (Universidad Rafael Landívar) enfatizó en la conexión entre una sociedad civil debilitada y un Estado igualmente frágil, resaltando cómo los acuerdos entre élites oligárquicas han perpetuado la violencia y la exclusión. La historia de Guatemala ha sido marcada por una lógica extractiva que ha mantenido el control de las élites y ha criminalizado las diferencias. Sin embargo, Roldan destacó la resistencia de los pueblos indígenas y su capacidad de agencia para reclamar sus derechos, sugiriendo que se deben restablecer los derechos humanos y articular un cambio hacia una democracia más inclusiva. 

Lionel Toriello (Empresario) y José Luis Sanz (El Faro) abordaron la situación política actual y el rol del periodismo en este contexto. Toriello señaló que, a pesar de los intentos de democratización, el sistema político sigue fragmentado e incluyente, con la reciente elección de Bernardo Arévalo como un posible punto de inflexión. Sanz, por su parte, advirtió sobre las graves dificultades que enfrenta el periodismo en Guatemala, resaltando la precariedad del sector y la necesidad de crear mejores condiciones para que los medios puedan desempeñar su función de vigilancia y denuncia. Raquel Schwartz (Universidad de Oklahoma) concluyó que, aunque hay desafíos, también existen oportunidades para el fortalecimiento de la democracia, destacando la importancia de actores políticos comprometidos y el apoyo internacional a los movimientos prodemocráticos.

Élites, Estado y los desafíos de la democracia en Centroamérica

En el cuarto panel, los expertos y expertas discutieron sobre las conexiones entre las élites, el Estado y la democracia en Centroamérica, destacando la influencia de estructuras de poder tradicionales y dinámicas económicas en la región. Alexander Segovia (Universidad Loyola Andalucía) argumentó que la crisis democrática y política en Centroamérica es profunda y requiere una respuesta multidimensional. Explicó que el poder sigue concentrado en las élites económicas y políticas tradicionales, quienes han impedido reformas significativas en favor de un modelo más inclusivo y participativo. Este modelo económico, concentrador y excluyente, limita la legitimación de la democracia, afectando su consolidación. Además, señaló que tanto las élites internas como actores externos, que defienden el statu quo, se oponen a una democracia realmente participativa que permita un cambio social transformador. 

Juliana Martínez (Universidad de Costa Rica) señaló que en países como El Salvador, Guatemala y Nicaragua, la erosión de la democracia no ha implicado necesariamente una reducción del gasto social, aunque sí ha generado una opacidad en su implementación y gestión. Afirmó que la debilidad de las instituciones estatales y las carencias en cobertura y suficiencia de la política social no han sido los principales desencadenantes de la regresión democrática, lo cual sugiere una crisis que va más allá de la política social. 

Para Francisco Robles (Universidad de Costa Rica) la percepción de la desigualdad entre las élites y la ciudadanía, aunque no siempre refleja la realidad, puede influir significativamente en las decisiones políticas y económicas, así como en las preferencias de quienes ocupan posiciones de poder. Dado que estas percepciones subjetivas impactan el comportamiento de empresarios y tomadores de decisiones, entender cómo las élites ven la desigualdad es crucial para diseñar políticas y pactos sociales efectivos que busquen reducir las brechas sociales en una sociedad. 

Aaron Schneider (Universidad de Denver) abordó dos fuerzas globales que afectan a la democracia centroamericana: la elección de Donald Trump y el auge del capitalismo digital. Según Schneider, la influencia de EEUU siempre tiene un impacto considerable en Centroamérica, y la administración Trump exacerbó las dinámicas autoritarias en la región. Al mismo tiempo, el crecimiento de la economía digital está reestructurando el capitalismo a nivel global, con implicaciones profundas para los sistemas políticos centroamericanos. Schneider advirtió que esta economía digital puede redefinir las estructuras de poder y de exclusión en la región, impactando la calidad democrática y el acceso de la ciudadanía a derechos y recursos.